Historia del gato: aparición y razas más destacadas

Los gatos están con nosotros hace más de 10.000 años. Sin embargo no todo siempre fue como ahora. Ellos eran distintos, tanto a nivel físico como a nivel genético. Se comportaban de forma salvaje y vivían para cazar y matar, es decir, eran puro instinto animal. Actualmente los felinos están formados, dentro de la familia Felidae, por más de 30 especies diferentes, que se clasifican en grandes, pequeños o medianos y en Neofelis.

Los gatos pequeños o medianos son los que tenemos en nuestros hogares, estos poseen un pelaje que, por lo general, suele ser bastante corto. No obstante, el gato peruano, por ejemplo, posee un pelaje de considerable tamaño que necesita de extremo cuidado. Los colores de cada raza varían mucho, ya que como los humanos, cada gato es único. Sin embargo esto diverge, pues hoy en día ya se han dado millones de casos de cruzamientos, que dieron como resultado gatos de pelajes y combinaciones nunca antes vistas. Un claro ejemplo es el gato azul ruso, una raza de gato especial que muchos desean tener en sus hogares por la belleza de su pelaje y por tonos azulados. (puedes conocer su historía desde aquí)

http://elgatoazulruso.com


Por otro lado, la cola suele ser un miembro que siempre está presente. A pesar de esto se han visto casos de gatos que nacen, por evolución, sin cola. Estos mamíferos se alimentan comúnmente de ratones, pájaros, insectos o de la comida que le propicie su dueño, que suele ser leche o alimento para gatos. 

Poseen una extremada inteligencia y superioridad de los sentidos. Pueden escuchar sonidos a cientos de metros de distancia y olfatear casi cualquier cosa. También reside en ellos una espectacular visión o vista, que los hace capaces de cazar a sus presas. Se comunican a través del maullido, que es un sonido que se puede trascribir como “miau”. Utilizan este ruido cuando tienen hambre, o cuando necesitan algo. 

 Los gatos en el Antiguo Egipto 


El origen más contundente de los gatos se denota en el Antiguo Egipto, donde eran considerados dioses, o figuras divinas. Se los asociaba con Bastet, que era una diosa que otorgaba el don de la protección y que además era símbolo de la concepción. Bastet era el ojo de Ra y por esto siempre se vinculaba a los gatos con el sol. Estos animales poseen capacidades que ellos consideraban extraordinarias, como ver en la oscuridad por ejemplo. 

Con el pasar del tiempo, los egipcios tomaron como figura de esta diosa a una estatua que consistía en una mujer con cabeza de gato. 

Le rendían tributo de diversas formas, momificaban y sepultaban en pirámides a los gatos que morían y los trataban como a dioses durante su vida. Incluso llegaron a condenar a muerte a un soldado que mató a un felino en la calle. Los egipcios fueron los primeros que domesticaron a estos salvajes animales. Los gatos acudían a los cultivos a cazar ratones y pájaros, y fue allí donde, poco a poco, se comenzaron a acercar a los humanos porque estos poseían en sus casas centenares de ratas. 

 El amor de esta cultura hacia los mininos fue de tan magnitud que llegaron a perder una feroz batalla, debido a que el ejército contrario había colocado en sus escudos a gatos y los egipcios consideraban que matarlos era una profanación a sus dioses y creencias. 

 Leyendas en el Mundo 


Las leyendas y mitos de gatos por el mundo son muchas. A China llegaron 2000 años antes de Cristo, y se los veía de diversas maneras. Algunos pensaban que traían mala suerte y por ello los despreciaban. Otros los miraban como instrumentos para alejar a los fantasmas y espíritus malignos, y por eso los trataban de forma correcta. No obstante, en sí, solo se le dieron dos utilidades, la primera era la de cazar ratones y ratas, y la segunda fue la de mascota para las mujeres. 

Los gatos en China dieron pie a la creación de las estatuas de ellos, de color dorado, que actualmente son demandadas por el público consumista. El significado de estas figuras de color oro es el de contrastar la mala suerte que traen supuestamente los felinos.

 Los griegos y romanos tomaron al gato solamente como mascota, y luego de su expansión, los llevaron a toda Europa. En la india los gatos llegaron casi al mismo tiempo que en China, pero allí se los cuidó más, ya que esta cultura cree que todo ser vivo merece ser protegido. 

En cuanto a la llegada de gatos a América, el conocido Nuevo Mundo, poco se sabe. Solo se tienen hipótesis y formulaciones que son imposibles de comprobar. Muchos piensan que los españoles los trajeron en sus barcos cuando colonizaron. Alimentación del gato Los gatos domesticados son por lo general sedentarios y perezosos en extremo. Solo piensan en comida y en mimos, y esto puede provocarles terribles enfermedades. 

La mayoría de las personas que tienen gatos trabajan todo el día, y esto les hace imposible tener un correcto control de la alimentación. Por eso es recomendable solo dejar una porción o dosis de comida en la batea cuando no se está, ya que el consumir mucho alimento puede ocasionar que los gatos sufran de obesidad y diabetes. Se les debe administrar comidas que sean ricas en proteínas, pues estas ayudan a que su metabolismo se acelere y que por consiguiente tengan una rápida y satisfactoria digestión.

 También se debe tener cuidado con la leche, debido a que existen ciertas especies de gatos que, luego de los cuatro meses de edad, la rechazan porque les hace mal. 

 Los gatos son animales formidables. Siempre están junto a nosotros, acariciándonos o buscándonos. Debemos cuidarlos como si fueran de nuestra propia familia, ya que así nos ven ellos. Incluso hay veces que cazan ratones o aves y nos las traen como regalo. 

Debemos recordar llevarlos semanalmente, o mensualmente, a la veterinaria y comprarles juguetes para gatos para que se puedan divertir y hagan ejercicio. La obesidad es una de las peores enfermedades que puede llegar a tener un gato, pues todo su sistema de órganos comienza a fallar, desde los pulmones hasta el corazón. También debemos cuidar las plantas que tenemos en nuestros hogares, porque algunas les resultan tóxicas.

¿Son los gatos más inteligentes que los perros?

En no pocas ocasiones se puede leer que el perro es un animal muy inteligente. Sin embargo, pocas veces se presta atención al resto de animales. Hace poco descubría que el cerdo tiene una inteligencia mayor a la del perro, por ejemplo, y nadie trata de enseñarles a sentarse y a dar la pata. Y con los gatos, ¿qué ocurre?

http://rascadoresparagatos.net


                Bien, la experiencia me dicta que el gato es más inteligente que el perro.

¿Se puede educar a un gato?

                Por supuesto. Sin embargo, la educación del gato no puede ser igual que la del perro, porque son animales con atributos y características completamente diferentes. El perro es un animal naturalmente gregario, al que le cuesta (puede que, incluso, le resulte imposible) vivir en soledad. Sin embargo, el gato es un animal típicamente solitario, que se pelea con otros machos por el territorio, y que sólo se relaciona con las hembras en la época de celo.

                ¿Qué quiere decir esto? Que el perro te necesita, pero el gato no. Eso explica por qué puedes educar a tu perro pegándole con un periódico en el hocico cuando hace algo mal, pero no puedes hacer lo mismo con el gato. En el primer caso, el perro se someterá y te reconocerá como un líder, intentando cambiar su conducta. En el segundo, el gato huirá, y te reconocerá como una amenaza, huyendo de ti cuando te vea y no haciéndote caso.

                Por lo tanto, para educar a un gato, hay que hacerlo mediante un adiestramiento en positivo, de forma que el gato tenga interés por hacer lo que dices porque recibe algo a cambio de hacerlo. Es importante la diferencia. El gato jamás hará nada por "hacerte feliz", sino por lograr algo para sí mismo.      
                En este sentido, si quieres enseñar al gato a que se siente y te dé la pata, puedes hacerlo, pero la mejor forma es coger una lata de atún, y darle un poco cuando logres que se siente (sin hacer demasiada fuerza, o huirá).

                En Rusia no es extraño ver "maestros de gatos" en los circos, que hacen trucos espectaculares con los gatos. ¿Por qué? Porque los han educado y adiestrado. De hecho, si puede hacerse con un león, ¿qué te hace pensar que no lo puedes hacer con tu gato?

                Ahora bien, ¿es más listo el gato que el perro? En mi humilde opinión, creo que son inteligencias distintas. Podría parecer que el gato es menos inteligente que el perro, pero lo cierto es que lo único que hace que el perro parezca más inteligente, es su predisposición a hacerte caso y cumplir lo que le ordenas.


                Al fin y al cabo, piénsalo un momento. Seguro que alguna vez has visto a un gato subido a un muro, sentado y relajado, mientras uno o dos perros saltaban contra el muro tratando de alcanzarlo. El gato, impasible, los mira desde lo alto, sabedor de que no pueden alcanzarle. ¿Acaso no demuestra inteligencia? Si en lo alto del muro hubiese otro perro, probablemente se lanzaría a la pelea o saldría huyendo, permitiendo a los otros dos perros darle caza. 

Bigotes de gato. ¿Para qué sirven?

¿Has oído alguna vez aquello de que cortarle los bigotes a un gato es como arrancarle los ojos a una persona? ¿Sabes por qué? En este artículo vamos a explicártelo, pero antes de hacerlo, déjame decirte que un gato sin bigotes, es una presa fácil para cualquier otro animal.



Bigotes de gato: Algo más que decorativos

                Los bigotes de gato no sirven únicamente para hacer bonito y darle esa apariencia tan graciosa. Tienen un fin superior, ideado por la evolución para garantizar la supervivencia de la especie. Tanto los bigotes, como los pelos que salen por encima de los ojos, como los que salen en la barbilla, tienen el mismo objetivo: ayudarle a moverse en su entorno.

                En rigor, estos pelos no se llaman bigotes, sino vibrissae, que significa "reconocer vibración". Con ellos, el gato es capaz de notar hasta el más mínimo soplo de aire, alguna vibración, o la distancia a la que se encuentra algún objeto.

                Es por ello que, en no pocas ocasiones, se ha relacionado a los gatos con lo sobrenatural, por prestar atención a cosas que, aparentemente, no existen. Pero no es que no existan, es que el ser humano no puede percibir las sutiles variaciones en los soplos de aire, mientras que le gato sí puede.
                Pero vayamos al quid de la cuestión: ¿Para qué les sirven los bigotes al gato? En primer lugar, para orientarse con comodidad por el entorno. Te habrás fijado en que un gato puede pasear por encima de tu escritorio sin tocar ninguno de los objetos que hay sobre él. Eso lo hace porque detectando los pequeños soplos de aire, sabe la posición exacta de cada uno de esos objetos, y puede pasar de una forma muy ajustada alrededor de ellos, sin tocarlos.

                Pero los bigotes sirven, también, para medir los lugares por donde puede y no puede pasar. Alguna vez te habrás fijado en que tu gato mete la cabeza en algún lugar, la saca, y se va por otro sitio. En otras ocasiones, en cambio, mete la cabeza, y termina entrando por completo (en ocasiones, no sin cierta dificultad). Eso se debe a que el largo de los bigotes es exactamente igual al ancho del gato. Por lo tanto, le sirve como instrumento para medir por qué lugares puede pasar y por qué lugares no puede (y, sí, cuanto más engorda tu gato, más le crecen los bigotes).

                Por último, le sirve como instrumento social, ya que, dependiendo de la forma que adopten, cuán en tensión estén, etc. puede significar un estado de ánimo u otro. Esto les sirve para relacionarse con otros animales, especialmente los de su misma especie.


                Como puedes ver, los bigotes del gato son realmente importantes. No sólo son un elemento decorativo, sino que les sirven para una multitud de cosas (entre ellas, sobrevivir). Es por ello que si le cortas los bigotes a tu gato, lo estarás dejando cojo, ciego, o algo peor. Por favor, si alguna vez se te ha pasado por la cabeza: no lo hagas.

¿Por qué duermen tanto los gatos?

Un gato adulto suele dormir entre 12 y 15 horas y un gato pequeño puede llegar a dormir hasta las 20 horas pero, ¿Por qué duermen tanto los gatos?

Dejando a un lado temas de convivencia, edad, clima, actividad y sexualidad, los gatos duermen muchas horas durante el día debido a su actividad de cazador. Y te preguntarás...¿Pero si mi gato es doméstico y no caza por qué duerme tanto? pues muy fácil, porque nunca pierden su instinto de cazadores...nacen con él y no se les olvida nunca.


entiende a tus gatos


 El hecho de ser tan buenos cazadores hace que el gato no necesite tiempo para invertir en buscar comida o en otros menesteres, de ahí que gasten su tiempo durmiendo.

Pero su tiempo de sueño puede variar y generalmente depende de las siguientes causas:

1) Supervivencia: en el caso de los gatos pequeños, el tiempo que pasan durmiendo lo invierten en seguridad, ya que mientras ellos duermen su mamá sale a cazar y al mismo tiempo ellos liberan su hormona de crecimiento mientras duermen así que...¡2x1!

2) Temperatura: esto no es nuevo, el gato busca lugares frescos para dormir en verano y lugares calentitos para dormir en invierno. Cuando hace más frío, los gatos duermen más para mantener su energía y regular su temperatura.

3) Edad: los gatos más pequeños y los gatos más mayores duermen más que los gatos de edad intermedia.



 4) Actividad: un gato que se siente aburrido opta por dormir durante más tiempo. Si le das juego y actividad te aseguro que dormirá menos y el que se terminará durmiendo serás tú

5) Sexualidad: durante la época de celo, los gatos pasan más tiempo marcando territorio, buscando hembras y, por consiguiente, dedican menos tiempo en dormir.